LA PRIMA.

No sé por qué tanto revuelo, joder, parece que fuera nuevo lo de incentivar económicamente a los jugadores. Parece que fueran nuevas las patadas verbales y a destiempo que Ramón Calderón suelta al intentar cortar los regates de sus enemigos. No sé de qué se sorprende la prensa. Sí sé que la doble moral tiene mucha culpa, sobre todo al respecto de las primas por ganar. Veo bien que un camarero cobre más si pone más copas, o un albañil que echa más horas, o un creativo que pone más interés. A partir de esa idea todo es lícito. Igual está de bien que te gastes la manteca en un montón de fichajes al principio de temporada que echar menos en fichajes y repartir más entre los que ya están. Quien gestiona decide, así de claro, y todo quedará en simples pataletas morales por parte de unos y justificaciones absurdas venidas del otro, que el tiempo convertirá en cenizas de olvido.
Por otra parte me solidarizo con Schuster, algunas preguntas de los periodistas son para quitarles el título. Pongo ejemplo de pregunta real y muy sonada en los medios:
"Sr. Schuster ¿cree usted que puede sacar esta situación adelante?"
Analizando la pregunta comprobaremos que sólo hay una respuesta posible: SÍ. Contestar lo contrario sería como decir que somos gilipollas integrales, es decir, por lógica tendriamos que dimitir del cargo puesto que estamos reconociendo no sentirnos capacitados. Hacer una pregunta de respuesta conocida sólo merece, o bien un monosílabo, o bien ironía. Schuster opta por lo segundo, yo aprovecho y me río mientras casi toda la prensa se echa manos a la cabeza. Después en los bares se cagan en todo y hablan con franqueza. Cuestión de doble moral.