miércoles, 16 de abril de 2008

EL OLOR A YERBA ME ENCANDILA.

No señores, la frase que da título a este post no la dijo Rijkaard si no Aragonés en el programa "tengo una pregunta para usted". Por supuesto se refería a su pasión por el césped y el fútbol y no a los canutos.
Llegó trajeado y sonriente, simpático incluso. Yo ya sabía que de sus palabras no iba a sacar mucho en claro pero me cargué el programa enterito y apunté algunas cosillas. Apunté algunas cosillas que dijo y otras que no dijo pero que se intuyen. Y es que a Aragonés se le entiende mejor lo que calla que lo que dice. Por supuesto la coletilla "tal" estuvo constantemente en su boca. Y es que cuando Zapatones no sabe por donde tirar el próximo regate, se pierde en los "tales y "pascuales".
Por ejemplo dijo que "el único equipo que me importa es el Español, y porque soy accionista". Que Aragonés, colchonero de toda la vida, diga eso, es lo mismo que si Pirri o Amancio dicen que no son del Madrid. Dejó claro y repitió varias veces que su conciencia estaba tranquila y que de cuarentiseis partidos sólo se perdieron cuatro.
Dijo también cosas extrañas como "no sabemos jugar segundas jugadas" o "tenemos una condición física menor". Ante lo segunda frase un espectador le hizo una buena pregunta: "entonces ¿por qué los del baloncesto y balonmano sí ganan?" Yo añadiría que italianos y españoles somos calcados fisicamente y los italianos sí que ganan en fútbol. Incluso portugueses y griegos también llegaron lejos últimamente.
Otro espectador le metió el dedo en la llaga preguntándole sobre su pasado madridista y su posible sentimiento de despecho hacía el club blanco. Por supuesto lo negó, igual que unos momentos antes había negado, por omisión, su pasión colchonera.
La pregunta más estúpida vino de un musculado (de cuello para abajo) estudiante de Ciencias del Deporte que le habló al abuelete como si fuera su coleguilla de barrio. -Un poquito de educación y mas músculo en el cerebro chaval.- Fue tan estúpida la cuestión que ni él sabía lo que estaba preguntando. En fin, era jovencito, supongo que irá aprendiendo respeto el chaval.
Entre pregunta y pregunta Aragonés chuleó de títulos, eso sí, yo le recordaría, utilizando su coletilla favorita, que la intercontinental de la que presume no fue "tal".

Bueno, lo de Aragonés fue ayer, hoy tocaba final de la Copa del Rey así que cambio de tercio.

Lo daba Tele 5 así que las risas estaban aseguradas con las paridas y equivocaciones de JJ Santos, alias "escopetita de feria". El Valencia salió en tromba y parecía el Sevilla del año pasado, diez minutos, dos goles y, a esperar el contragolpe desde atrás, cortar el juego y a peder tiempo . En el minuto 32 de la primera parte JJ Santos me mete el miedo en el cuerpo y quiere cargarse el partido señalando la segunda tarjeta amarilla a Licht. Segundos después respiro tranquilo, "escopetita de feria" se ha vuelto a equivocar, es sólo la primera. Y es que en el minuto 22 ya se había inventado una tarjeta amarilla para Litcht, y antes, casi se la mete a Granero por la misma jugada. Ya no se conforma con equivocar los nombres o errar sobre lo que pita el arbitro, ahora le da hasta por inventarse tarjetas.
Bueno, poco más que decir sobre el partido que no esté escrito en el Marca.
Eso sí, el penalty que estuvo a punto de tragarse el arbitro era de libro. Un grito de "penaaalty" desde mi sillón lo corrobora, no entiendo dónde estaba Undiano que a punto estuvo incluso de sacarle tarjeta al atacante.
Muchos se preguntan porqué la Copa del Rey no tiene atractivo para los grandes y la respuesta es bien sencilla. Desde que se abolió la Recopa de Europa, segunda competición en importancia europea cuando existía, optar a jugar la Huefa se quedó en poco premio para los grandes. La solución: recortar una plaza de Champions en liga y adjudicarla al ganador de la Copa del Rey.
Así de fácil y... los grandes se darán de ostias por ganarla.
...y tal y tal.

lunes, 14 de abril de 2008

PIEDRAS EN EL CAMINO.(Espero que se las fume con salú)

Leyendo el Marca y el Sport, entre muchas, ésta es la parida más grande que he leído hoy, escrita por un tal Mauricio Pochettino en el Sport:

"En el fútbol existen dos tipos de equipos, a grandes rasgos los llamados de acción y los llamados de reacción. Los primeros imponen su estilo desde el principio, no esperan a ver qué hace el rival ni a cómo se desarrolla el encuentro para actuar de una manera u otra. Otros, los llamados de reacción, se ponen en marcha en función de lo que hace el rival o según marchen las circunstancias de cada encuentro. En San Mamés el Espanyol fue un equipo de reacción. Una vez más hubo que encajar un gol para que el equipo entrara en calor y tuvo que ser en el descanso donde una reflexión condujera a una reacción".

Yo no sé estos tíos de dónde sacan estas paridas, Pochettino hijo, tu teoría tiene más agujeros que una persiana en Sarajevo.
A ver, hay muchas más cosas a tener en cuenta pero los partidos normalmente se plantean en base a dos consignas esenciales: el potencial del contrario y el lugar del duelo (local o visitante). Entonces tenemos que, si el levante juega contra el Madrid, esperará en su campo, pero si juega contra el Alcoyano , pues irá al ataque e intentará meterle cinco. La cosas son relativas, Pochettino hijo. ¿Por qué hacer divisiones absurdas y rotundas?

Por otra parte, desde la prensa catalina se le sigue dando caña al entrañable Frank, ya ponen hasta sustituto y plan de trabajo por parte de Guardiola. Ya dije en este blog que al Barsa le ha pasado como a los galácticos, pero con más fantasía. Echaron a los no-fantásticos Belleti, Larsson, Giuly y cia. igual que en su dia echaron a los no-galácticos Del Bosque, Solari, Cambiasso, Mcmanaman o Mckelele. Y mientras la prensa catalina fantaseaba con ganar todos los títulos habidos y por haber, al final se quedó en eso: en purita fantasía. Todo esto ocurre a pocos días de jugar una gran semifinal de la Champions. Y lo ha hecho con un equipo mermado, sin Ronnie, sin Ettó, casi sin Messi, con Valdés y Puyol en un estado desconocido, con Laporta haciendo el jilipollas por todo el mundo y, por supuesto, con casi toda la prensa escupiendo barbaridades en contra.
Como decía en el anterior post en Barcelona ya dan el gatillazo europeo por sentenciado. Si fuera la cosa en Madrid ya se estaría invocando al espiritu de las grandes noches europeas, o al espiritu malagueño del gran Juan Gómez Juanito. En este sentido, las últimas europeas que ganaron los merengues fueron conseguidas paralelamente a actuaciones lamentables en liga, tercer y quinto puesto si mal no recuerdo. Así que tomen nota en Barcelona e invoquen al espiritu de quién sea porque está en juego la más grande competión mundial de clubes. De eso que no quepa duda, de hecho sólo tienen dos en sus vitrinas, hasta nueve ya me dirán si les queda trecho, eso sí, difícil está la cosa con tanta piedra en el camino.
...jodidos periodistas.
Esta vez llegué a nueve, jodida quiniela.

martes, 1 de abril de 2008

DESCOMPENSACIÓN.

Muchos de los mejores jugadores del planeta fútbol, ayer, hoy y mañana, sufrieron y sufrirán en sus comienzos ataques y ninguneos por su "descompensación física". Esto es: tener unos cojones descomunales en un cuerpo diminuto. Y mucho talento, un talento más descomunal todavía en cuerpos que raramente superan el uno setenta.

Francis Cornejo, entrenador de infantiles y descubridor de Maradona no se creía que aquel micurria tuviera ocho años cuando lo vió tocar el balón por primera vez, él mismo confesó que pensó que el Pelusa era un enano. Un hombre adulto enano. Le pidieron hasta la cédula de nacimiento y al no tenerla no le creían por lo bien que jugaba "el enano".
El mismo Francis contaba después que "el camino no fue de rosas" y que muchos enteradillos le decían cosas tales como: "igual que este negrito tenemos varios...es muy chiquito, no va a llegar a nada".
Y ya saben lo que pasó, que Maradona sí que se hizo descomunal, se hizo tan grande que su juego se elevó al cielo, transformando y transportando al fútbol de lo terrenal a lo cósmico.

Otro con cojones de tamaño descompensado que tocó el cielo fue Juan Gómez "Juanito" cuando en 1976 se unió al Real Madrid y dijo: "llegar a esta casa es como tocar el cielo..." y se hizo tan grande que treinta años después en el Bernabeu todavía se corea su nombre al llegar el minuto siete: ¡illa illa illa, Juanito Maravilla!
El pequeño malagueño tuvo una inquieta carrera profesional y pasó por todo: el Barcelona pujó por él, el botellazo de Belgrado, el pisotón a Matthaus, muchos triunfos y después, ya de entrenador, el terrible accidente que lo elevó definitivamente a ese cielo que tocó como jugador. Quién sabe, pero quizás tuviese un gran futuro como entrenador. Que en gloria estés, gran Juanito Maravillas, genio y figura.

Y hablo de Maradona porque fue el mejor y de Juanito por simpatía. Pero hubo, hay y habrá muchos. Ahora están Messi, Agüero y Bojan pero estuvo Butragueño que, no teniendo suficiente con ganar cinco ligas seguidas enseñó los cojones a todo Dios y a la cámara para que ésta dejara constancia gráfica de la descompensación habida entre lo que había debajo de sus calzones y su frágil cuerpo. Que pena que de director deportivo, o lo que fuera, no gastara las mismas medidas que cuando se vestía de futbolista.
También nos hubieramos perdido las genialidades de Romario si el planeta fútbol hubiera prestado atención a aquel entrenador del Sao Januário que, con peor vista que el pescado podrido le dijo, por su pequeña estatura, aquello de "tú sólo sirves para limpiar coches" .
Otro pequeñajo, sobre todo siendo alemán, que me volvía loco verlo jugar era...no, no voy a hablar de Matthaus, que también, pero ahora me refiero al gran Pierre Littbarski. Llevaba el siete como Juanito y tenía las piernas arqueadas, verlo regatear a varios contrarios con el balón pegado al pie y encarar portería con su mortífero disparo era todo un lujo. Jugó tres finales de mundial y ganó la tercera, por cojones, de qué os creéis que gastaba ese hueco entre sus cortas piernas.
Y otro del que su entrenador se cachondeaba en juveniles debido al tamaño de sus piernas, el también alemán Torpedo Muller, llegó a ser uno de los goleadores más grandes de la historia y campeón del mundo en 1970, idolatrado en su pais lo llamaban "Bomber der Nation" (bombardero de la nación).
Y así podría seguir un mes, que si Simonsen, que si Tigana, que si Aimar, que si Iniesta, que si Munitis, que si Roberto Carlos, que si Pardeza...
Jugadores rápidos y habilidosos que hacen de lo pequeño una ventaja y que, casi siempre, suplen su falta de estatura con esa descompesación que Dios da a todos y que a ellos les dio en los cojones.
Hay tantos que otro día sigo, no estoy con ánimo de escribir pues otra vez me quedé en siete con la puta quiniela.

Mientras tanto vean a Littbarski marcando un gol imposible:

http://www.youtube.com/watch?v=AcwrYmkwg5w